EUCALIPTOS
Kant respondió al dilema secularmente planteado por los filósofos ¿el árbol que veo en mi jardín es la “idea” de ese árbol, o es el árbol “real”?, pensando que cuando experimentamos con un objeto se convierte en una “cosa tal como la percibimos”, es decir, somos nosotros quienes imponemos el orden a la naturaleza, y no la naturaleza a nosotros, convirtiendo así nuestro “yo” en el gran ego creativo, en una especie de legislador.
La serie Eucalipto versa sobre la naturaleza, sobre su interrelación con el ser humano y sobre sus modos de representación en el arte.
Cortezas orgánicas que se adhieren al soporte pictórico y se convierten en parte de la pintura como elemento integrador de su forma, abriendo así interrogantes sobre qué está pintado y qué no, sobre qué es real y qué está representado.
Pretendo una especie de “resurrección”, de transfiguración poética de una realidad orgánica ya caduca o fenecida.
No es la muerte, es precisamente la vida, una nueva vida lo que busco para los humildes y abandonados materiales con los que trabajo.
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